¿Estás en la zona de desconfort?

Hace un par de años me sentía sumamente angustiada, parecía que nada de lo que hacía rendía frutos, me esforzaba demasiado, pero los resultados no eran los que esperaba, después de muchos años de tener un empleo seguro las circunstancias me llevaron a comprender que ese lugar en el que me encontraba ya no me hacía vibrar.

Un suceso llevó a otro y de pronto me vi fuera de esa zona confortable en la que muchos años me permitió tener solvencia económica y comodidad, ciertamente tenía que moverme, no había otra alternativa, muchos temores se apoderaban de mi mente, ¿Ir en busca de un empleo que a mi edad y después de los rangos que había logrado era difícil encontrar ó emprender mi propio negocio?

Al optar por lo segundo empecé por identificar mis fortalezas y lo que sabía hacer. A pesar del camino incierto que estaba por recorrer, me arme de valor y emprendí una aventura que no tendría retorno, mi única opción era hacer que funcionara mi proyecto.

Hace un par de años tras un entrenamiento me di cuenta que a pesar de todos mis esfuerzos seguía en mi zona de desconfort, tenía que hacer demasiadas cosas a la vez, el trabajo no era lo que me asustaba, sino poder diseñar las soluciones adecuadas  para las personas a quienes quería ayudar y más aún poner precio a mis servicios.

En estos años comprendí que el éxito en tu vida, negocio o emprendimiento es el resultado de muchas variables, seguramente cada persona identificará aquellas que les funcionen, en lo personal te comparto tres que me han ayudado a perseverar en la consecución de mis objetivos y que me han hecho tener resultados tangibles para salir de la zona de desconfort.

1. Muévete

    Como lo dije en un inicio podemos estar inconformes con lo que estamos viviendo y habrá dos maneras de afrontar esa incomodidad, renegando o haciendo cosas diferentes, si sientes que te has estancado en tu trabajo, ya no tienes hacía donde avanzar, entonces busca alternativas.

    Sé que da mucho miedo dejar lo que es seguro, en muchas ocasiones he escuchado decir a las personas “No tengo el trabajo que quisiera, pero me pagan”, “Ya no aguanto a mi jefe pero no tengo otra opción”, y también soy consciente de que la crisis actual ha dejado a muchas personas sin empleo situación que con mayor razón nos reta a buscar distintas alternativas para salir adelante pero no podemos quedarnos viendo pasar el tiempo, movilizarte y ve en busca de nuevas oportunidades.

    2. Ten altura de miras

    Si miramos hacia abajo o de frente solo vamos a encontrar las cosas conocidas, pero si en verdad queremos ir más allá es necesario que nos pongamos de pie y levantemos la mirada hacía otros horizontes y por lo tanto despojarnos del miedo a nuestro propio juicio y a la crítica de los demás, solo tú sabes lo que vives y lo que necesitas por lo tanto no temas empezar de cero en un nuevo giro o actividad, ayer ni más ni menos vi el mensaje de un buen amigo que despidieron de la empresa en la que laboró durante muchos años y ahora está promoviendo sus servicios como agente de seguros. En verdad admire su temple y valor, tal vez otra persona en su lugar, después de haber ocupado un cargo importante en donde tenía reconocimiento y una buena posición no se habría animado a publicitar su nueva actividad, y no porque ésta no sea digna, sino porque a veces nos detiene el qué dirán, así que jamás temas volver a comenzar, levanta tu mirada, pregunta, indaga, pide información de todas las opciones que creas puedan ser acordes a tu estilo de vida quizás pueda sucederte que gracias a esa sacudida o crisis logras encontrar el lugar, la actividad o emprender el negocio que tanto anhelabas.

    3. Sé paciente

    Al principio hacía cuentas alegres, multiplicaba mis servicios por el precio que les había asignado y  hacía castillos en el aire, a los pocos meses quería alcanzar los resultados que en papel había proyectado, pero me quedaba esperando el resultado sin tener aterrizado el proceso, por lo tanto cada fin de mes sentía que había fracasado por no lograr lo que me había propuesto. Tuve que comprender que cada proyecto que emprendemos tiene su proceso, que nos va dando la experiencia de lo que sí y de lo que no funcionó y vamos adquiriendo nuevos conocimientos y herramientas que al poner en práctica van haciendo que nuestro negocio o emprendimiento tenga la maduración que necesita para consolidarse, pero a la vez entendí que hay que invertir en nosotra/os misma/os, actualizar nuestros conocimientos, trabajar en nuestro desarrollo personal y profesional, aprovechar la tecnología y sobre todo las redes de contactos que nos permitan afianzarnos y expandirnos, la paciencia es una gran aliada para darle tiempo al tiempo o bien cerrar un capítulo e iniciar otro.

    ¡Es tu tiempo y tu momento, si lo piensas más no te atreverás a salir de lo conocido, rétate, enfrenta nuevos desafíos, puedes llevarte gratas sorpresas!

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