Nada es más amenazante y aterrador que quedarte sin empleo.
Con mayor razón al llegar a una edad en la que escasean las vacantes. ¿Te has puesto a pensar que eso que parece trágico puede ser el comienzo de una nueva y apasionante experiencia?
La tranquilidad y confort que nos brinda saber que contamos con un empleo estable que nos asegura prestaciones y un ingreso mes con mes es una gran bendición.
He vivido muy de cerca todo tipo de experiencias de personas que han entregado su vida entera a una compañía y al paso de los años de un día a otro quienes tenían la camiseta puesta, que antepusieron compromisos familiares y defendieron incluso a las organizaciones a las que pertenecen terminan siendo remplazada/os antes de acumular antigüedad.
Son pocas las organizaciones que ofrecen un plan de carrera a sus colaboradores y que establecen políticas que les favorezcan al acumular años de servicio en sus lugares de trabajo.
Por el contrario, es lamentable que después de dar la cara por la marca a la que representas, convertirte en parte de esa familia, y asumirte como integrante del equipo; un día, de manera inesperada, simplemente te dicen que es momento de dejar tu empleo.
Es ese instante en el que miras hacia atrás y te das cuenta qué han pasado 15, 20, tal vez 25 años o más y empieza a pasar en tu mente la película de tu vida, te lamentas porque no escuchaste las primeras palabras de tu hijo, no estuviste en el festival de la escuela, te falto tiempo para dialogar con tus padres y qué decir de los amigos con quienes siempre deseabas tomar café, recuperar tus pasatiempos favoritos y ejercitarte en ese deporte que tanto te gustaba, piensas en tantas cosas que diste por ese lugar seguro que amas tanto y que tienes que dejar ahora.
He pasado por esa situación de alguna manera y aunque al día siguiente de haber concluido con mi último empleo tuve esa sensación de dormir hasta tarde, quedarme en ropa deportiva y tratar de no pensar en que voy a hacer ahora; Opte por levantarme temprano cambiar de corte de cabello, vestirme con algo lindo para ir a una pequeña oficina que había rentado e iniciar una nueva aventura.
Allí, frente a mi computadora, experimente una gran sensación de libertad, empecé a soñar, despierta, imaginando todo lo nuevo que llegaba a mi vida y como habría de volver a empezar.
Al principio te costará trabajo trazar la ruta a seguir, pero a tu encuentro llegarán nuevas personas, establecerás tus propias metas, tu propio ritmo y quizás al avanzar descubras que tienes que modificar tus objetivos y con el tiempo aprendes a conocer tus propios alcances y a no conformarte con lo que vas logrando y poco a poco te das cuenta que aquella situación tan amenazante al quedarte sin empleo es ahora la gran oportunidad de tu vida para hacer esos proyectos que siempre quisiste.
Hoy en día el emprendimiento se ha convertido en una forma de autoempleo de manera digna, no importa la edad que tengas, he leído muchas historias de grandes personajes que después de la edad dorada de los cincuenta o sesenta establecieron casas editoriales, crearon cadenas de comida rápida, desarrollaron algún avance tecnológico o hicieron algún descubrimiento de beneficio para la humanidad.
Te comparto algunas de las cosas que me han ayudado en lo personal para emprender después de los cincuenta:
- Aunque te presiones por sacar adelante el día a día, tómate un espacio de tiempo para contactar con tu interior, convéncete a ti misma/o que vas a estar bien y que todo pasara.
- Recuerda eso que más te apasiona hacer en la vida, lo que te hace vibrar, aquello que te brinda entusiasmo y motivación.
- Haz un recuento de todos los aprendizajes acumulados, identifica bien en que eres experta/o y toma conciencia de toda la sabiduría que posees para poner al servicio de tu nuevo emprendimiento.
- Identifica personas que pueden apoyarte para arrancar tu proyecto, ya sea con ideas complementarias o financiamiento.
- Confía en ti y recuerda que todo lo que nos pasa en la vida, si lo sabemos, aprovechar suma a nuestro favor.
- Una vez que tengas claro tu especialidad o giro, conviértete en la persona más experimentada en lo que haces, toma actualizaciones y capacítate.
- Involucra a tu familia en la toma de decisiones y hazlos parte de tu emprendimiento, te brindarán contención y apoyo.
Sé paciente, persistente; con el paso del tiempo tal vez te pueda ocurrir que te des cuenta de que haciendo lo que amas y a tu ritmo puedes generar mayor riqueza y abundancia que la que hubieras logrado si permanecías en tu antiguo empleo.
Así que no temas volver a empezar, quizás el día de mañana puedas ser inspiración para otras personas que como tú se atrevieron a intentar cosas diferentes sin importar la edad.